El Gobernador de Santiago del Estero es radical, pero opositor a Cambiemos.
Estuvo afiliado a la UCR, fue radical K, lo expulsaron del partido, ahora lidera una fuerza provincial. ¿Cómo se define políticamente?
– Soy radical. Lo que conforme a partir de 2005 fue un frente que se llama Frente Cívico por Santiago donde estamos radicales, peronistas y muchísimas otras fuerzas que conformamos un partido netamente provincial. De 134 comisiones municipales, que son mini intendencias, tenemos 133. Y de 27 municipios, tenemos 26. Soy un dirigente provincial sin aspiración nacional.
-Se dice radical aunque el partido lo expulsó.
– Pero la Cámara me regresó al partido, sigo siendo radical. Ingresé a la política por don Raúl Alfonsín, después fui de la Coordinadora Nacional, changuicacerista (ríe). Siempre tuve un gran respeto por don Raúl Alfonsín, hasta el último de sus días. El estuvo cuando asumí por primera vez como gobernador, el 23 de marzo de 2005. Lo invité personalmente. Estaban (los entonces gobernadores) Ricardo Colombi, Miguel Saiz, Julio Cobos. Todos ellos integrábamos la concertación plural, todos estuvimos con Néstor Kirchner.
-Pero ellos se reconvirtieron.
-Lo que pasa es que en 2015 el radicalismo va a Cambiemos y yo sigo con mi estructura provincial, que no apoyó a Cambiemos.
-Ustedes jugaron con Daniel Scioli. Santiago del Estero fue la provincia donde por más diferencia se impuso el FpV.
– Exactamente. En Santiago del Estero sacó el 72% de los votos. Por lo tanto, nosotros somos oposición al Gobierno. Tratamos de ser una oposición constructiva. Pero eso no define a futuro qué vamos a hacer.
-¿Por qué aclaró que no tiene ambición nacional?
-A ver, cualquier monaguillo quiere ser Papa en política. Pero en primer lugar no me da el piné, no es mi objetivo y mucho menos en una provincia que necesita tanto. Lo que tenemos en votos, llegué a ganar con el 85%, lo usamos en defensa de los santiagueños.
-También es cierto que está limitado por no integrar una fuerza nacional.
-No tengo esa ambición. Estamos en una situación crítica, el país debe equilibrarse financieramente, está muy endeudado, eso me preocupa muchísimo, lo digo con cierta y pequeña autoridad. Mi provincia no tiene deuda, no generó desequilibrios financieros, no hemos generado por lo tanto complicaciones hacia gestiones futuras. Quiere decir que sí se puede gobernar con esa responsabilidad. No somos una provincia industrial, no tenemos regalías petrolíferas ni mineras y tampoco empleomanía. Mi objetivo está basado en mantener la paz social en mi provincia.
-¿Por qué es opositor?
– En primer lugar porque no apoyé a Macri sino a Scioli. En segundo lugar porque no estoy contenido en esta visión del país. Este neoliberalismo que genera tasas del 70%, endeudamiento sideral y después que pague la gente. Esta no es mi visión. En términos de globalización, no fue bueno cerrarse pero tampoco es bueno abrirse en un mundo que se cierra por una cuestión dogmática. Esto nos trae perjuicios. Haber terminado en el FMI fue un grave error como consecuencia de otro grave error: un endeudamiento para producir nada. Y esto a mí no me encuentra apoyando, por supuesto apoyo la gobernabilidad. Nadie llega a presidente para hacer mal las cosas, pero el camino no es el que a mí me gusta. Me gusta más la teoría del consumo. La teoría del derrame es como esperar con un tenedor a que llueva.
– ¿Por qué pese a esa mirada crítica facilitaron que se aprobara el Presupuesto?
– Los gobiernos tienen que tener su ley de Presupuesto. Hemos tenido presidentes sin presupuesto. La oposición es mucho más responsable que lo que ellos fueron cuando eran oposición. Nosotros somos más políticos y sabemos que hacer política es romper la grieta.
-¿De seguir siendo senador habría votado a favor el Presupuesto?
-Sí, pero este Presupuesto es malo. No es el presupuesto de los argentinos sino del Fondo Monetario. Es difícil sentir que estamos haciendo un ajuste no solo para equilibrar cuentas sino para pagar los intereses de deuda que se tomó y cuyos dólares ya no existen ni están traducidos en escuelas ni autopistas ni en nada. Todos los presupuestos que se han votado son un dibujo.
-¿Este es un dibujo?
-No quiero decir eso, pero si no va acompañado de políticas serias lo va a ser. El año pasado se preveía inflación del 13 y vamos a terminar arriba del 40% mínimo. ¿Qué fue ese presupuesto? Un dibujo.
-Habló de paz social. ¿Ve algún indicio inquietante en este último tramo del año?
-Trabajo todos los días para que no existan asimetrías y haya paz social en la provincia. Todas las medidas son en esa búsqueda. No puede construirse una sociedad sin paz social. Hago todos mis esfuerzos todos los días para que no haya grieta. Esa es otra cosa que no me gusta, que el Gobierno fomente la grieta. No es bueno.
– ¿El gobierno acentúa la grieta?
– Les rinde, seguramente. Pero yo entiendo la política desde una concepción muy alejada de la grieta. Cuando alguien gobierna tiene que estar en el vértice de intereses opuestos. No puede mirar todo desde una cuestión binaria. Nadie de un lado es tan bueno ni nadie del otro lado es tan malo. Creo que esa división no genera cosas buenas.
– ¿Macri fomenta la grieta más que Cristina?
– La grieta tiene dos contrapartes. Si no hay de un lado, no hay del otro. Pero quien tiene la responsabilidad es quien gobierna. Esperábamos que quien ganase la elección terminase con la grieta, pero parece que no.
-¿Tuvo oportunidad de decírselo a Macri?
– Sí, en septiembre en una reunión en Casa Rosada con otros gobernadores. Le dije al Presidente que la grieta no ayuda. Que tratásemos de que hubiera presupuesto para que el país salga adelante, que uno espera y confía que a través de él pueda haber la posibilidad de dialogar y buscar consensos para salir de una crisis.
-¿Pero qué le dijo a Macri?
-Exactamente eso, que la grieta no ayuda. Que tengo compañeros amigos peronistas que quieren acompañar al Gobierno y que los diputados del oficialismo los insultan media hora antes de votar y que no era fácil votar este presupuesto.
-¿Qué le contestó?
-Asintió con la cabeza.
-¿Cambió algo en estos meses?
-Por ahí es incompatible la grieta como negocio político y la salida a la crisis económica de la Argentina como una responsabilidad del gobierno. Tan incompatible como ajustar y querer ser reelegido. La política tiene estas cosas complejas. Si la política de Estado es si estás en contra de algo perteneces al otro lado de la grieta, y si estás a favor sos rubio, de ojos celeste, genial, buen mozo, estamos en un problema. Para eso necesitamos una conducción que elimine ese problema. No fue bueno profundizar la grieta. Yo sé lo que digo. Si alguien gana con más del 70% de los votos es porque rompió la grieta. Es un mal negocio político la grieta. Puede ser un negocio electoral coyuntural, pero no ayuda. Destruye las posibilidades de que exista lo que se llama confianza en Argentina.
–No será negocio, pero Macri se encamina a buscar la reelección.
-Pueden pasar tantas cosas la semana que viene. Y aparte, el gran elector es la economía. El Gobierno cree que no, pero yo no lo comparto. Cuando gobiernas tienes que tener éxito en lo económico.
-Si el gran elector es la economía, ¿la suerte del Gobierno ya está echada?
-(Largo silencio)… Es como el médico que no operó al paciente accidentado y prefirió darle calmantes y después le dice ‘estamos en el buen camino te voy a amputar piernas y brazos pero vamos a andar bien’. No hay buenas noticias en la economía. Hay ajuste y pagar intereses de la deuda que se tomó en estos dos años. Económicamente estamos mal. A lo mejor se puede ganar elecciones lo mismo, no sé. Pero gobernar es también tener éxitos de gestión y de políticas económicas. Y si terminaste en el FMI es porque te mandaron a marzo en esa materia.
-Antes dijo que su provincia no tiene ‘empleomanía’…
-Cierto centralismo cree que cuando alguien en el norte gana una elección es porque todos son empleados públicos. Nosotros somos el exactamente ejemplo contrario, por eso hacemos obra públicas, tomamos pequeñas medidas anticíclicas porque no tenemos empleomanía. Si se toma un empleado es porque un empleado se jubiló, se murió, renunció o fue exonerado por sumario administrativo y se necesita cubrir su lugar. Por eso tenemos la masa salarial siempre por debajo del 50% del Presupuesto. Tenemos poco más de 56.700 sueldos, y la mitad son docentes y 7.000, policías.
-¿Va a sumarse a Alternativa Federal, el espacio político del que participan otros gobernadores opositores?
– Me parece importante que surjan alternativas, pero no he sido invitado a participar, por lo tanto no he podido conversar con ellos sobre cuál es la idea. Algunos plantean una oposición con todos adentro y otros con límites a la unidad, sobre todo sectores del peronismo.
-¿Para usted la unidad debe ser con todos, incluso Cristina?
– Sería bueno intentar la unidad con todos frente al Gobierno. Sería bueno intentarlo al menos. Lo que pasó en el Consejo de la Magistratura, donde se logró acordar para no darle los dos tercios del oficialismo, algo que no era bueno, es una demostración de que todos los sectores pueden conversar para lograr algo importante.
¿Pero podrían apoyar a Cristina?
– Por ahora nos mantenemos al margen. Nuestra prioridad es Santiago Del Estero.
– Usted fue de los pocos gobernadores opositores que se vio en la cumbre del G20…
… Considero que este tipo de encuentro, que tienen que ver con la Argentina, excede la cuestión sectorial o partidaria. Tenemos que mostrarnos ante el mundo como un país unido ante determinados objetivos.
-¿El éxito en la realización del G20 puede favorecer electoralmente al Gobierno?
-A un gobierno se lo plebiscita por sus éxitos, y sus éxitos serían más trabajo, más producción, que se bajen los índices de pobreza y desocupación. Ahi se miden los éxitos de un gobierno.
-La última. ¿Santiago va a adherir al nuevo protocolo de uso de armas de fuerza por parte de efectivos policiales?
-En términos generales estoy de acuerdo con cualquier paso para mejorar la seguridad de los habitantes. Pero en cuanto al protocolo voy a ser muy cuidadoso. No pienso adherir ni apresurarme. Trabajamos para bajar los índices delictuales en nuestra provincia. Estamos invirtiendo en equipamiento, móviles, comunicaciones, también se agrega una nueva y moderna cárcel para 800 reclusos con una inversión con fondos provinciales de aproximadamente $ 1.000 millones.
Admirador de Alfonsín y agradecido con Kirchner
Gerardo Zamora vio por primera vez a Ricardo Alfonsín en un acto en 1983, cuando el entonces candidato de la UCR pasó en campaña por Santiago del Estero. Aunque estuvo lejos del escenario, fue el impulso para empezar a militar. “Era un militante ortodoxo, afiliado, de discutir en congresos y convenciones, de salir a pintar paredes a favor de mi partido, de pegar afiches y de despegar otros si había que despegarlos”, recuerda con picardía.
En 1984 estuvo por primera vez cerca de Alfonsín. Era uno más entre un montón de radicales que entraron a la Casa Rosada por los primeros 100 días de la gestión del radical. A partir de ahí fue escalando: presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Santiago del Estero, presidente de la Juventud Radical, vicepresidente del Comité Nacional de la UCR, diputado provincial, vice intendente y después intendente de la capital santiagueña, hasta que llegó a la gobernación.
En el acto de asunción de su primer mandato estuvo Alfonsín.“Me encargué personalmente de invitar a don Raúl”, recuerda. Cuando se refiere al ex presidente siempre lo hace así, de “don Raúl”. Llegó a tener bastante trato con él –iba a su departamento de avenida Santa Fe-, pero nunca lo tuteó.
En su despacho en la Casa de Santiago del Estero en la Ciudad de Buenos Aires tiene varios portarretratos con instantáneas familiares –su mujer, sus hijos, su nieta- y otros dos en los que está con Alfonsín. Una es de cuando asumió como gobernador. La otra es de octubre de 2008, en la Casa Rosada, del día que los Kirchner homenajearon al ex presidente radical. Zamora aparece parado detrás de Néstor Kirchner y de Alfonsín, que están sentados. Dos años después, ambos ex presidentes ya habían muerto.
¿Néstor Kirchner o Alfonsín? “Me quedo con los dos, no los puedo comparar. Fui contemporáneo de la gestión de Néstor y puedo agradecer en primera persona lo que significó. Y fui un joven político con un gran hombre como don Raúl. Ambos marcaron la historia argentina, pero Alfonsín está en mi corazón”.
Zamora nació en Mendoza. “Mi padre tenía máquina de desmonte y anduvieron por muchos lados, hasta que compró una finca en Santiago del Estero cuando yo era pequeño. Para todos soy de un pueblo que se llama Beltrán y está a 40 kilómetros de Santiago del Estero”. Tiene un hermano 10 años menor.
Su padre murió en 1989, poco después de que el ahora gobernador se recibiera de abogado. Lo llegó a ver compitiendo en elecciones, pero nunca ganar. Su madre tiene 73 años.
Está casado con Claudia Ledesma Abdala, quien lo sucedió en la gobernación entre 2013 y 2017 y a raíz de que la Corte Suprema le frenó una segunda reelección consecutiva. El año pasado, Zamora volvió a la gobernación y su esposa es ahora diputada nacional. “Claudia mide mucho mejor que yo. A ella la quieren, digamos que a mí me respetan”, ríe. “Todos le pedían que siguiese, pero no quiso, los cuatro años fueron duros para ella como madre”, agrega.
Itinerario
Gerardo Zamora, 54 años, es abogado recibido en la Universidad Católica de Santiago del Estero. Está casado con la actual diputada y ex gobernadora Claudia Ledesma Abdala, con quien tiene tres hijos: Valentino (10), Nazareno (9) y Amparo (6). De un matrimonio anterior, Zamora tiene un cuarto hijo, Francisco (28), que le dio una nieta, Joaquina, de 4 meses. Su carrera pública se inició en 1991, cuando fue electo por primera vez diputado provincial, mandato que no pudo cumplir a raíz de la intervención federal a su provincia. En 1997 fue electo otra vez legislador y en 1999 vice intendente del radical José Luis Zavalía. En diciembre de 2001, en plena crisis, Zavalía renunció, pero Zamora no. Siguió y en 2003 fue reelecto. En 2005 lo eligieron gobernador por primera vez. Cumplió un segundo mandato entre 2009 y 2013 y el año pasado arrancó con el tercero. Entre 2013 y 2017 fue senador y ocupó, bajo la presidencia de Cristina Kirchner, la presidencia provisional del Senado.
Al toque
Un Proyecto: Envejecer a junto a mi familia.
Un desafio: Ayudar con toda mi fuerza al progreso de Santiago.
Un líder: Alfonsin
Un prócer: San Martín
Un sueño: Trato de no vivir sueños
Una sociedad que admire:La santiagueña
Un recuerdo: Mi padre
Una comida: El asado
Una bebida: Gaseosa Secco, bien santiagueña. No tomo alcohol.
Un placer: Un domingo viendo jugar al fútbol a mis dos hijos menores
Un libro: El hombre mediocre de José Ingenieros
Una película: No tengo preferencia
Una serie: Scandal
Fuente: Clarin———————–
Fernanda Andrea Sanchez
Coordinación general y periodística
Martín Zevi
Coordinación del Dpto. Audiovisual