Por primera vez en la historia la Iglesia canonizará a una santa argentina. ¿Quién fue Mama Antula y cuál es su importancia?
El pueblo quechua la bautizó Mama Antula. Era un derivado de su nombre en la lengua que había adoptado. María Antonia de Paz y Figueroa había nacido en 1730 en Villa Silípica, provincia de Santiago del Estero, en el seno de una familia acomodada.
Fue una mujer que vivió fuera de su tiempo histórico. Convivió en un país colonial con una concepción de vida patriarcal, de rangos jerárquicos y se rebeló al mandato cultural del siglo XVIII y al credo familiar que respetaba los estereotipos femeninos de la época.
En los albores de la patria decidió vestirse de varón y ser laica jesuita. La rebeldía le causó secuelas: la expulsaron de su casa. Se instaló en el beaterio de los jesuitas. Rechazó su apellido, renunció a la riqueza de su familia, adoptó el nombre de María Antonia de San José.
En 1745 vistió el hábito de ‘beata’ jesuita mediante la emisión de votos privados y comenzó a llevar vida comunitaria junto a otras consagradas. Bajo la dirección del padre jesuita Gaspar Juárez, se dedicó a la educación de los niños, al cuidado de los enfermos y al socorro de los pobres.
Hacia 1767, volvería a sublevarse ante los preceptos establecidos. El 9 de agosto, el rey Carlos III ordenó disolver la obra jesuítica: a partir de entonces, el trabajo social y espiritual de los jesuitas estaba completamente vedado. Cuando los jesuitas fueron expulsados de los territorios de la corona española, escuchó una voz interior que la convocaba a ser la heredera: tenía 36 años y se consideraba hija espiritual de la Compañía de Jesús. Quería seguir llevando la palabra de dios a través de los ejercicios espirituales del apostolado.
Su meta era llevar a dios a donde no lo conocían. Desde Silípica hasta Loreto, Salavina, Soconcho, Atamisqui, las provincias de Catamarca, La Rioja, Jujuy, Salta y Tucumán. Caminó más de cuatro mil kilómetros descalza por todo el virreinato para continuar con el legado a pesar de la prohibición. Su misión era visitar las regiones pobres del nordeste argentino para promover los ejercicios espirituales y en apenas ocho años, consiguió ofrecer los ejercicios espirituales a setenta mil personas.
Fue fundadora de la Casa de Ejercicios de Buenos Aires, llamada Mama Antula por el pueblo. Virgen y laica consagrada, tras la expulsión de los jesuitas del país, ella decidió recorrer ciudad por ciudad las regiones pobres del nordeste argentino promoviendo ejercicios espirituales. Fue así que, en solo ocho años, logró ofrecer los ejercicios espirituales a más de 70 mil personas a lo largo y ancho del país.
El Milagro
Según informó el comunicado del Vaticano, la supervivencia milagrosa del Sr. C.P (nacido en 1959) fue producto de una intervención de Mama Antula. El hombre sufría de un «ictus isquémico con infarto hemorrágico en varias zonas, coma profundo, sepsis, shock séptico resistente, con fallo multiorgánico». El Sr. C.P Ingresó a la unidad de cuidados intensivos en un estado comatoso, con un infarto muy extenso del tronco encefálico y un pronóstico reservado con muy pocas posibilidades de volver a la vida normal debido a las lesiones cerebrales irreparables.
Al cabo de unos días, mostró una notable mejoría y, tras unos meses de fisioterapia, era independiente, autónomo en su vida diaria, realizando tareas manuales normales. Durante ese tiempo en el que su estado de salud desmejoraba, los familiares y amigos rezaron pidiendo la intercesión de la Beata María Antonia de San José, comúnmente llamada Madre Antula. También, siete personas que no eran amigos ni familiares también rezaron por la salud del enfermo pidiendo la intercesión de la Beata Madre Antula.
La invocación y la curación forman parte de un marco más conocido que es la fama de santidad y de signos, de la que gozó la Beata María Antonia de San José. Ya en vida, esta fama acompañó a la Sierva de Dios, incrementándose tras la noticia de su muerte, en diversas regiones y provincias de Argentina, España y Francia.
Mama Antula fue fiel discípula de la espiritualidad ignaciana, se formó en la escuela de Ejercicios Espirituales del santo de Loyola. Además fue defensora y divulgadora de la obra de los Ejercicios Espirituales, estableció una primera Casa de Ejercicios en Argentina tras la supresión de la Compañía de Jesús, que contó con el apoyo del rey Carlos III de España.
El milagro presentado para la curación del Sr. C. P. ocurrió en el hospital de Santa Fe, en Argentina y fue comparando las conclusiones científicas a las que llegaron los médicos tratantes y la Consulta Médica del 14 de septiembre de 2023. Sobre la situación del enfermo Sr. C.P., y de los textos todos que atestiguan la invocación de Beata María Antonia de San José, la relación entre innovación, la curación se hizo clara y evidente
———————–Fernanda Andrea Sanchez
Coordinación general y periodística
Martín Zevi
Coordinación del Dpto. Audiovisual