En la V Conferencia de líderes parlamentarios, la presidenta previsional del Senado Claudia Abdala Zamora alertó sobre los riesgos de la desinformación y se refirió a las regulaciones necesarias para contrarrestar el discurso de odio.
Con el lema “Los parlamentos movilizados por un multilateralismo más eficaz que aporte paz y desarrollo sostenible a los pueblos y al planeta”, comenzó en Viena la V Conferencia Mundial que reúne a 110 líderes parlamentarios, en la que la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala Zamora se encuentra representando a nuestro país.
En esta jornada, la senadora Abdala Zamora expuso en el panel sobre las regulaciones necesarias para contrarrestar la desinformación y el discurso de odio, junto a Shirin Sharmin Chaudhury, presidenta del Parlamento de Bangladesh; Rik Daems, presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y Femi Gbajabiamila, presidenta de la Cámara de Representantes de Nigeria.
En su intervención, la senadora Zamora expresó que “si hay un fenómeno creciente en el mundo son las fake news o falsas noticias falsas y discursos o expresiones de odio. Manifestaciones que no son casuales ni aisladas a la luz de los hechos y que, si bien no son nuevas, en el pasado carecían de visibilidad y perdían peso rápidamente, pero hoy, con las herramientas tecnológicas tienen la posibilidad de permanecer en un extenso espacio de propagación. Hoy la virtualidad se ha convertido en una faz real en la vida de todas las personas y el mundo se ha vuelto una especie de mar, en el que algunas personas, resguardadas en el anonimato y la transnacionalidad, pueden arrojar botellas con contenido falso, expresiones de odio y discriminación, que son utilizadas muchas veces para segregar, perseguir o para justificar la violencia. Ya nadie puede poner en duda que la difusión de estos contenidos existe, que es frecuente y de difícil persecución, capaz de provocar tragedias irreparables.”
“Si tenemos en cuenta el creciente intercambio de opiniones, pensamientos e ideas que se realizan en vivo, se da un efecto dominó, generado por los contenidos que se publican y se viralizan al poco tiempo, donde se intercambian opiniones de odio y de violencia, muchas veces escudados en perfiles anónimos, falsos y no identificables que permiten a sus creadores agredir sin límite y en forma maliciosa a personas que no piensan de la misma manera, aun cuando las propias reglas de convivencia se lo prohíben. Estas manifestaciones que exceden el principio de libertad de expresión, tales como las difamaciones que se realizan en redes sociales, insultos o expresiones de descrédito motivadas en razones de raza, religión, edad, sexo, estado civil que incitan al odio y a la violencia, no pueden quedar exentas del derecho supremo que tenemos todas las personas a la protección de la honra, el honor, la intimidad y la privacidad; derecho consagrado en la mayoría de las constituciones del mundo y también en tratados internacionales.”
“Está más que claro que el sistema jurídico no puede ser ajeno a las empresas y a titulares de los servicios de redes sociales que operan en nuestros países, por lo que es necesario implementar rápidamente mecanismos agiles y eficaces, porque este grave fenómeno en crecimiento no puede quedar ajeno a los responsables y propietarios de estas herramientas, ya que es fundamental que cumplan con sus propias reglas de convivencia y eviten que a través de estas acciones se cometan delitos u otras acciones impropias. Debemos sumar lamentablemente que, en estos casi dos años de pandemia, se han multiplicado las fakenews y los discursos de odio, a tal punto que hasta se ha llegado a poner en peligro al mundo cuando se cuestionó la veracidad del COVID 19 y, luego, la eficacia de las vacunas.”
“Quiero destacar que, si bien estas acciones dañan tanto a hombres como mujeres, vemos que la mayoría de las veces quienes resultamos más dañadas somos las mujeres y por ende nos encontramos ante una situación de vulnerabilidad, configurándose una nueva forma de violencia de género. Teniendo en cuenta el carácter transnacional en este tipo de acciones, tenemos por delante un desafío enorme, no solo en materia de acuerdos y cooperación, sino además en compromisos que tengan por objeto desnaturalizar los estereotipos y prejuicios que están en la base del discurso del odio, sin perder de vista que lo que hace bello y grande a este mundo es lo diverso y lo multicultural, y es una responsabilidad de la hora tomar rápidamente las medidas necesarias que permitan la convivencia pacífica y civilizada de todos los ciudadanos.”, concluyó la senadora Zamora.
———————–Fernanda Andrea Sanchez
Coordinación general y periodística
Martín Zevi
Coordinación del Dpto. Audiovisual